El colágeno

Cuantas veces habrás oído hablar de cosméticos con colágeno y siempre lo has asociado a un cosmético antiedad con un activo premium. Pero ¿realmente sabes cómo funciona; y sabes si es lo mismo el colágeno que te aplicas que el propio colágeno de la piel; o te has parado a pensar cuántos colágenos hay; o cuál es la procedencia de esta sustancia?

El colágeno es una proteína de la dermis, es la más abundante en el cuerpo humano (25% de las proteínas totales). El colágeno es más abundante en los tejidos conectivos fuertes y resistentes. El ser humano tiene 29 colágenos diferentes y 42 genes que se codifican en cadenas de colágeno.

El colágeno de tipo I es el más abundante de todos los colágenos en nuestro organismo. Tiene una estructura primaria rica en aminoácidos de un 33% de glicina y un 10% de prolina. También contiene un 0,5% de 3-hidroxiprolina, un 10% de 4-hidroxiprolina y un 1% de 5-hidrolisina. También contiene hidratos de carbono. La estructura secundaria está formada por cadenas aminoacídicas agrupadas en hélice con tres aminoácidos por vuelta.

El 90% de los colágenos son los que van de I al V. Los tejidos y órganos donde se pueden encontrar los tipos de colágeno más abundantes son:

        Colágeno tipo I: piel, tendón, vascular, ligadura, órganos, hueso.

        Colágeno tipo II: cartílago.

        Colágeno tipo III: fibras reticuladas.

        Colágeno tipo IV: forma la base de la membrana basal celular.

        Colágeno tipo V: se encuentra en tejidos que contienen el tipo I.

La piel contiene principalmente los tipos de colágeno I, III, IV y V, siendo dominante el tipo I. Por ello, este tipo de colágeno es el más empleado en formulaciones cosméticas. Los parámetros antiedad o de regeneración en los que se centran los ensayos cosméticos se basan en el porcentaje de síntesis de colágenos I y/o III.

Dentro de los activos cosméticos que ayudan a estimular la síntesis endógena de colágenos, también suelen acompañarse estudios de la inhibición de las proteasas que destruyen colágenos. Oímos pues claims cosméticos como “inhibición de metaloproteinasas” o de modo más específico “inhibición de colagenasas”. Las colagenasas que destruyen colágenos son también específicas, así pues, la colagenasa I se encargará de destruir el colágeno de tipo I. Las colagenasas tienen una función vital en la homeostasis de génesis y destrucción del ciclo vital del colágeno, pues, en funcionamiento correcto permite un equilibrio perfecto. El problema viene cuando envejecemos (por ejemplo), que las colagenasas aumentan en número desproporcionado frente a los colágenos y acaban destruyendo más colágeno del debido, evitando que algunos de estos colágenos hayan podido dividirse celularmente (por mitosis celular) de modo correcto, así perdiendo para siempre entidades principales de colágeno.

Sin embargo, en cuanto a lo que respecta a la función, una cosa es la funcionalidad de los colágenos endógenos y otra bien distinta es el aplicada vía tópica. La razón está tanto en el origen de la materia prima, como en su efecto al aplicarse vía externa.

El colágeno aplicado en cosmética suele ser de un tamaño considerable, de modo que es incapaz de penetrar en la piel. Por esta razón, acaba hidratando gracias a la facilidad que tiene para unir moléculas de agua. También hace un efecto relleno de las arrugas, de modo que las suaviza y difumina. Para poder penetrar más en la piel, se suelen emplear los colágenos hidrolizados, que además de hidratar se ha demostrado que aceleran la cicatrización de heridas y ayuda a los tejidos a regenerarse.

Otra cuestión es la procedencia de la materia prima. Normalmente provenían de restos de articulaciones y cartílagos de animales. No obstante, con la tendencia vegana o de evitar cualquier tipo de daño animal en cosmética, se ha extendido su procedencia del fondo marino, especialmente de algas con capacidad de realizar un efecto similar (aunque menos efectivo) de relleno de arrugas, aunque estas acaban siendo más efectivas a la hora de estimular síntesis de colágenos endógeno.

Una empresa de investigación cosmética española ha sido capaz de desarrollar colágeno I idéntico al humano, pero natural y vegano. Algo que parece ciencia ficción, ya que se produce empleando una planta (en concreto la planta del tabaco) a modo de biofactoría. Esta plataforma tecnológica y sostenible permite obtener una molécula idéntica a un fragmento de la secuencia del colágeno humano de tipo I, plenamente funcional. Este colágeno vegano tensa la dermis (de modo de activación endógena) y la epidermis a la vez que previene la senescencia celular. Proporciona un efecto lifting y mejorando la luminosidad de la piel.




imagenEl colágeno by veliture laboratorios de fitocosmética, S.L. is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License. Creado a partir de la obra en https://e-linne.com/blog/El-colageno_169.

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