Microplásticos

Los microplásticos en la industria se encuentran presentes en infinidad de productos de diversos sectores, como la alimentación, los fármacos, los biocidas, etc. Esta presencia es aún mayor en detergentes, productos de limpieza y pinturas. Pero ¿y cuál es el caso de los cosméticos?

Los microplásticos se definen como la mezcla de polímeros y aditivos con un tamaño menor a 5mm. Estos son de baja degradabilidad, persistiendo por tanto hasta miles de años en el medio ambiente. Estos microplásticos se clasifican en primarios, si se han fabricado expresamente para un fin plástico; o secundarios, que se originan como subproducto de la degradación de productos plásticos.

En cosmética, los más evidentes son los que se puedan emplear en los exfoliantes, puesto que muchas de estas partículas son plásticos y por tanto clasificados como primarios.

Pero también los podemos encontrar en productos capilares como productos de styling, acondicionadores, maquillajes, lacas de uñas, algunas ampollas flash, especialmente en forma de microperlas. Los microplásticos son usados para dar consistencia a los cosméticos, sensorialidad o un efecto. Podemos encontrarlo en geles aportando viscosidad, como por ejemplo el Nylon. También, en productos de fijación donde se emplea el PVP (polivinilpirrolidona), ingrediente que aporta fijación al pelo y al maquillaje, o los dentífricos abrasivos, que son más peligrosos por ir directos al agua o al interior del cuerpo vía oral.

El problema:

Los vertidos de plástico en los océanos alcanzan hasta el 1,5% del total de la basura marina.

El problema también lo tenemos en los países en fuerte expansión de desarrollo, pero que no tienen políticas medioambientales tan severas como, por ejemplo, las europeas. Por ejemplo, el río Ganges libera hasta 3.000 millones de microplásticos cada día al océano.

Los microplásticos son difíciles de detectar y eliminar. Las depuradoras no son capaces de filtrar la mayoría de ellos y acaban en el medio marino. Del medio marino pasa a la cadena trófica, incluido el ser humano (se ha encontrado microplásticos hasta en la sangre humana). Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en un estudio del año 2018, se realizó un análisis en 102 alimentos de origen marino: sal, moluscos (mejillones, almejas y chirlas) y crustáceos (langosta, gambas y langostinos) y se detectó la presencia de microplásticos en 69 de ellos, principalmente microfibras y microfilms.

Aparte del daño medioambiental, el de salud está bajo estudio, siendo algunos de ellos potencialmente alarmantes para la salud del ser humano, como el caso de algunos disruptores endocrinos que podrían incluso a generar algún tipo de cáncer.

Según el medio de prensa ABC en una entrevista al oncólogo Josep Tabernero: <>.

Acciones gubernamentales:

Tanto la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Química (ECHA - European Chemicals Agency) como el Reglamento Europeo de cosméticos están regulando este campo en la industria cosmética, con prohibiciones a partir de 2020 en delante de modo paulatino. Pero La industria cosmética se adelantó a esta prohibición y en 2015 decidió sustituir las micropartículas plásticas sintéticas sólidas de menos de 5 milímetros que se encontraban en exfoliantes y pastas dentífricas por otras sostenibles. En 2018, el 97,6% de los productos ya había eliminado los microplásticos, lo que ha supuesto dejar de verter al mar más de 4.250 toneladas de plásticos, según explicó al medio de prensa Planeta A Val Díez, directora la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (STANPA).

El gobierno, por su parte, ha activado en enero de 2023 la ley sobre la producción de plásticos en el mercado. Polémica aparte, en cuanto a que el Estado parece no resentirse de la bajada del impuesto IVA sobre los alimentos, ya que el impuesto al plástico (0.45€/Kg) compensa esta bajada. Este impuesto recae sobre los productores de plástico, que pasan dicho coste a la cadena de precios y por tanto con nuevas subidas generalizadas en el sector económico en general. No parece una medida acertada, por parte del gobierno, más bien populista, porque, como casi siempre, es el consumidor que sin darse cuenta lo costea. El gobierno y medios como OCU dicen que estarán “vigilantes” de que esto no ocurra, pero bajo la experiencia de un fabricante de cosméticos, los avisos de multinacionales de plástico de las subidas repercutidas en las nuevas tarifas de coste de 2023 ya son una realidad.

Alternativas:

La alternativa cosmética está en el empleo de exfoliantes a base de polímeros biodegradables o hojas o cáscara de frutos. Existen sustitutos de efectos flash y gominas que emplean otros polímeros que son biodegradables, incluso gelificantes no plásticos como la goma xantana, goma garrofín, algas o la tara gum.

Se necesitan sistemas muy sofisticados, como la ultrafiltración, para poder asegurar la eliminación de estos microplásticos. Por ejemplo, el agua de mar empleada en la línea de Elinné, Thalàxia, está ultrafiltrada en 2 etapas, garantizando la mineralogía en fase iónica del agua de mar y la eliminación total de microplásticos.

Otras medidas generales son:

·         Reducir el empleado de complementos plásticos, tipo adornos, innecesarios de los productos (como bandejas o encelofanados).

·         Si se compran productos envasados, dar preferencia a otras alternativas que no sean de plástico (huevos en cajas de cartón, expositores de cartón, …).

·         Hacer la compra con bolsas reutilizables, o de papel o llevar nuestro carrito de la compra.

·         Utilizar una cantimplora de aluminio en vez de comprar agua embotellada.

·         Desterrar los productos de usar y tirar (pajitas, vasos desechables, bastoncillos, mecheros…).

·         Sustituir los productos de higiene que lleven microesferas plásticas o que estén envasados en plástico por otros alternativos.

·         Leer la composición de la ropa y optar por fibras naturales (algodón, lino...) antes que por las sintéticas (poliéster, elastano…) que desprenden microplásticos por erosión durante el uso y lavado.

·         Antes de comprar un objeto de plástico, tratar de localizar otro de segunda mano y en buen estado, o buscar una alternativa que no sea de plástico.

·         Aplicar al máximo el uso de las 3R.

Esperanza para el futuro:

Recientemente, investigadores surcoreanos, del Instituto de Ciencia y Tecnología de Daegu (Korea del Sur) (DGIST), consiguen resolver la contaminación del 99% de los microplásticos del agua en 10 segundos, según promete su estudio. Su tecnología, aún en pruebas, permite eliminar la presencia de microplásticos cada vez más presentes en el entorno humano.

«Su capacidad filtrante y su velocidad son sorprendentes», señalan los investigadores surcoreanos.

«Esperamos que sea una tecnología universal de gran eficiencia económica capaz de purificar agua contaminada y suministrar agua potable incluso en zonas sin suministro eléctrico», comenta el profesor Park Chi-Young, autor principal del estudio.

Además, es dicen que es totalmente reutilizable y permite absorber la luz solar y convertir la energía en calor, lo que le permite eliminar los compuestos orgánicos volátiles (COV).

La ciencia puede ayudarnos en mejorar este problema medioambiental y de salud, pero somos nosotros los que podemos hacer que realmente esto cambie.



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